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5. Análisis de Le cauchemar de l'élephant blanc de M. REDOLFI
5.1. Sonograma. Transcripción gráfica
5.2. Distribución de las conductas de escucha entre los sujetos
De los 24 sujetos que han expresado su opinión, 16 han efectuado una escucha predominantemente taxonómica; 8 de ellos pertenecen al subgrupo alfa (“músicos electroacústicos”), 6 al beta y 2 al gamma. Todos manifiestan una estrategia de escucha bien definida aunque dos de ellos incluyen algún apunte figurativizador y uno empático.
Esta audición no ha provocado en ningún oyente una conducta de escucha claramente figurativizadora; tan sólo dos breves comentarios. Con respecto a la escucha empática, 6 oyentes han instalado su estrategia perceptiva en esta dirección, 2 pertenecientes al subgrupo beta y 4 integrados en el gamma.
La T significa enfoque taxonómico; la F , enfoque figurativizador, y la E , enfoque empático. Las letras de mayor tamaño representan asentamientos bien definidos en alguno de los enfoques; las de tamaño menor responden a enfoques compartidos, complementarios o a perspectivas incipientes aunque no claramente consolidadas.
5.3. Escucha taxonómica
5.3.1. Selección de datos recogidos
Recordamos que, en cada una de las manifestaciones se indica, en primer lugar, el nombre en clave del informante (alfa, beta o gamma, seguido de un número del uno al ocho); en segundo lugar se especifica si la información ha sido recogida mediante entrevista (E) o mediante informe escrito (IE); y en tercer lugar se concreta si el comentario es posterior a la 1ª, 2ª o 3ª audición.
Beta7/IE/1ª y 2ª
[1ª] He escuchado pulsaciones agudas y graves, muy rápidas, con apariencia de “trinos”, intervalos de sonidos afinados, la resonancia de estos sonidos produciendo “acordes” de armónicos mantenidos como fondo, glissandos de radio-frecuencia...
[2ª] Esta vez he creído escuchar más el “relieve” de los distintos elementos. La existencia de un elemento interválico (a modo de motivo) produce un efecto de fondo sonoro sobre el cual sucede todo lo demás. He escuchado también una especie de cambio de altura o transporte de la estructura. La repetición de los elementos a determinados espacios de tiempo hace pensar en la idea de “ostinato” (evidente con el motivo de “trino” grave).
Beta4/E/2ª
Ahora me ha parecido más interesante. Ese elemento de sirena, que creo que es un semitono lo que esté fluctuando, casi podía ser una sirena... [canta el motivo de 0:04] mantenida, que aglutina todo lo demás y sobre ese fondo van apareciendo elementos muy contrastantes tímbricos y de alturas. Esa misma sirena que se mantiene cambia luego de altura también, se oye como un eco, se combina como un eco de sí misma y con otro elemento, que siempre mantienen todas las demás apariciones tímbricas de los otros elementos.
¿A lo que llamas sirena es a ese sonido que es largo?
[Canta el motivo] Está fluctuando como en un semitono y con eso van jugando [...]
Alfa7/IE/1ª [Informe no manuscrito]
Una colección de diferentes sonidos ordenados con una periodicidad que nos hace reconocer unos determinados: el sonido "ring" agudo y corto tipo llamada, otro más grave y no tan corto también como de llamada y luego el sonido de una modulación de frecuencia (típico cuando intentas sintonizar una emisora) y otro que asemeja a la sirena de un barco. Los sonidos tienen gran presencia, están muy bien grabados: suenan limpios y transparentes. Se distribuyen entre los altavoces derecha, izquierda o ambos, en una especie de juego. No existe una variación en la intensidad de los sonidos que llame la atención, todo parece sonar en el mismo plano, únicamente al final me sorprende un sonido más potente que los anteriores.
Alfa6/IE/1ª
Un fragmento cuyo hilo conductor es la melodía de algo que suena como un instrumento real de características exóticas, algo así como una trompa marina o algún instrumento no occidental. Dos o tres sonidos, con un intervalo característico de 2ª mayor y un prolongado delay. Notas largas agrupadas en un único motivo que se repite, dando cierta sensación de música tradicional ligada a culturas no occidentales. En contraste, un “contrapunto” de sonoridades sintéticas, timbres de teléfonos, etc., contrapunto que se refuerza con el juego de espacialización izquierda-derecha.
Beta5/E/1ª
Lo primero ha sido una sorpresa porque pensaba que era tu teléfono móvil [...], luego ya me he dado cuenta de que era la grabación. Luego lo que he ido viendo es que a mí me parece como si el compositor hubiera escogido como su tema o su línea de la obra el sonido de una especie de gaita que hace una melodía... [la imita vocalmente], algo así..., que me gusta mucho, y que sobre eso hay como contrastes de sonidos muy distintos: como un diente de sierra –un sonido muy grave–, otro que se parecía al primero pero que no era él –como unos pitidos rápidos, agudos–, otros sonidos que venían... Pero siempre estaba el sonido de la melodía hasta el final.
Y luego el contraste entre todos los sonidos muy distintos, agudos, graves, que iban como decorando o haciendo una especie de contrapunto con la melodía que iba haciendo el instrumento.
Alfa3/E/2ª
Básicamente me ratifico en lo que he dicho antes.
Es una pieza que está estructurada con dos elementos. Unos que serían sonidos puramente electroacústicos o electrónicos, generados por las máquinas y con ciertas trayectorias y luego [entona el motivo tonal] esa especie de semitono que lo canta esa especie de clarinete o saxofón o qué se yo, un instrumento como de viento; y siempre el piano también anda por medio...
Es decir, habría una pieza con dos tipos de elementos: unos más electrónicos o más de máquinas y otros de instrumentos tradicionales manipulados [...]
Beta8/E/1ª
Este segundo fragmento me ha sorprendido. Lo primero el inicio, porque pensaba que era un teléfono móvil que estaba sonando y al final, igual; el principio y el final no sé si el sonido es el mismo pero recuerda a un móvil y es bastante desagradable.
Luego todo el tiempo he tenido la sensación como de que se estaba aunando tradición con modernidad o con tecnología. A la derecha estaba escuchando creo que dos instrumentos pero uno por encima del otro; uno era un instrumento de viento y me recordaba a música hindú, no sé porqué, una especie de música hindú hecha con instrumento de viento. Y por la otra parte, lo que iba variando, de izquierda a derecha, ahí estaba escuchando continuamente sonidos de móviles o de radio-despertadores o algo así; eran como llamadas, muy puntuales, no eran sonidos largos sino cortos, a modo de la llamada del timbre de un teléfono. El otro sonido del instrumento de viento era más permanente, hacía una especie no de melodía pero una pequeña célula melódica que se iba repitiendo. Y luego escuchaba, por debajo de ese, otro sonido más continuo también a lo mejor de viento, no sé...
5.3.2. Síntesis analítica taxonómica: principales elementos, estructura
Desde las primeras escuchas se manifiesta un principio de organización basado en la idea de contraste, en el juego dialéctico que se establece entre materiales cuya entidad y cuyo comportamiento se consideran contrapuestos. Se expresan oposiciones tales como:
Principales elementos
Las oposiciones mencionadas permiten clasificar los materiales en dos grandes apartados.
El primero de ellos, que recoge la idea de lo instrumental,
lo lejano, lo permanente, el fondo, lo relajado, lo reverberado, lo resonante,
lo grave, está representado por las etiquetas comprendidas en el sonido que
hemos denominado el “instrumento de viento”. En estas etiquetas y en
sus comentarios los oyentes especulan con variadas procedencias causales (sonido
tipo-saxo, sirena de barco, trompa, flauta, gaita...), aunque siempre ligadas
a una producción sonora aerófona.
Prácticamente todos advierten que realiza un pequeño dibujo
melódico o “motivo tonal”. Los movimientos interválicos que efectúa son de dos
tipos muy similares: uno juega con el ascenso aproximado de un semitono y el
descenso a la altura de partida (fluctuando entre los sonidos sol4
y lab4); el otro transporta una cuarta justa superior el intervalo
anterior (sonidos do5 y reb5) y añade un sonido más situado
al principio o al final (mib4); estos movimientos se despliegan en
el tiempo experimentando pequeñas variaciones de ritmo libre en sus distintas
apariciones.
Otra cualidad muy destacada es la suavidad de su perfil,
su linealidad. Además de la uniformidad rítmica y el escaso relieve de su movimiento
melódico, el motivo instrumental tiene un tiempo de reverberación tan largo
que se extiende hasta su nueva presentación, rellenando todo este tiempo con
sus armónicos, mantenidos en segundo plano. También hay que subrayar el hecho
de que, espacialmente, está siempre ubicado a la derecha. Se presenta 11 veces:
0:04; 0:11; 0:19; 0:26; 0:31; 0:38; 0:46; 0:54; 1:04; 1:12 y 1:18.
Todos los rasgos mencionados: la calidez de un “timbre de
viento”, su posición en un registro medio-grave (la frecuencia de sus sonidos
oscila aprox. entre 415 y 554 Hz.), el lento y reducido movimiento de su altura,
su inacabable reverberación y su posición espacial producen un efecto de continuidad,
de constante presencia de fondo y de horizontalidad, que se opone –o dialoga–
con el resto de sonidos.
El segundo grupo de materiales, contrastantes con el “instrumento de viento” y que constituye lo electrónico, lo cercano, lo discontinuo, la superficie, lo tenso, lo seco, lo agudo, incluye el resto de etiquetas: el “teléfono”, el “grave”, el “chispazo” y el “glissando”.
El “teléfono”, bajo distintas etiquetas: teléfono-móvil,
pájaro, trino, trémolo, etc. es un material de naturaleza mecánica, muy similar
en sus repetidas apariciones (0:01, 0:16, 0:24, 0:35 –zona de densificación–,
0:50, 0:58 y 1:16 –más corto–) cuya presencia en el discurso es señalada por
todos los informantes dadas sus cualidades espectrales y morfológicas; en algún
caso se califica de desagradable o molesto. Se trata de un objeto sonoro de
doble masa tónica –un doble impulso tónico asíncrono–, integrada por dos alturas
que se alternan iterativamente a gran velocidad (cuyas frecuencias fundamentales
están aprox. a 2000 y 2800 Hz. respectivamente) y que se extiende en el tiempo
durante aprox. 4’’ con un perfil dinámico homogéneo y de notable intensidad.
Como precisan algunos oyentes, es el resultado de una modulación de frecuencia
agudo-grave, lo que da lugar a una onda cuadrada. Espacialmente está
situado siempre a la izquierda, salvo en 0:35, donde se produce un reforzamiento
de este mismo material al que se suman fragmentos del mismo en otras frecuencias
y ocupan todo el espacio, y en 0:51, donde hay un movimiento espacial de izda.
a dcha.
Algunos informantes han señalado separadamente la presencia
de otro sonido, de características muy similares al descrito y que hemos denominado variante del sonido del “teléfono”; es mucho más corto (aprox. 200 milisegundos),
de frecuencia más alta (su doble frecuencia está aprox. a 6000 y 7500 Hz.) y
de mayor amplitud; también su situación espacial es distinta, ubicándose en
el centro-izda. o centro-dcha. Podemos encontrarlo en 0:30, 0:37, 1:02 y 1:30.
Otro elemento netamente perteneciente al conjunto de los
“sonidos electrónicos” es el “glissando”, denominado así por la
mayoría o también como elemento de “radio-frecuencia”, hilos elásticos, sonidos
del revés, etc.; en este caso, las etiquetas responden a su movimiento en el
campo de las alturas.
Es un objeto formado por una forma de onda simple que describe
unas trayectorias siempre distintas en el campo de las alturas –variación de
masa imprevisible–; su rango frecuencial se extiende hasta los aprox. 3000 Hz.,
llegando en algún caso a los 5000 Hz. y la duración de sus diferentes apariciones
(0:11, 0:15, 0:27, 0:41, 0:45, 0:53,1:14) oscila entre 1’’ y 2’’. Por otra parte,
la diversidad de sus trayectorias queda realzada también por una variada y cambiante
panoramización.
Con una periodicidad casi regular se presenta el material
calificado como el “grave”. Aunque el resto de elementos también experimenta
apariciones reiteradas, las de éste se suceden con una precisión casi matemática
(aprox. cada 4’’). Su relación con el resto de materiales es considerada de
manera ambigua por los oyentes. Entre los que han distribuido los materiales
en dos conjuntos, algunos lo ubican explícitamente en el grupo de sonidos electrónicos
y otros no se manifiestan al respecto; por otro lado, hay oyentes que no lo
incluyen en ninguno de los dos y que se plantean si considerarlo aparte, otorgándole
una funcionalidad y un carácter propios.
Entendemos que la dificultad que encuentran tiene su explicación
en que el “grave” es un material sonoro “híbrido” que, de alguna manera, participa
de características de ambos conjuntos. Por su duración (aprox. 4’’), por su
registro grave (menos de 50 Hz.) o por su comportamiento “melódico” (durante
la segunda fase de su duración presenta ligeras variaciones de altura), podríamos
asociarlo con las cualidades y con la función del “instrumento de viento”; mientras
que, por su apariencia electrónica y mecánica, por su falta de reverberación
(aunque un poco disimulada por su registro), por su rigidez y estaticidad (al
menos en su primera mitad) y por su discontinuidad temporal, se le podría relacionar
con el segundo conjunto de elementos.
En su duración se pueden distinguir dos fases, detectadas
por varios oyentes, una primera con las características de un sonido homogéneo
continuo tónico y una segunda donde se acentúa su vibrato.
Un último elemento que aparece en algunos testimonios, también ligado a los sonidos electrónicos, son los “chispazos”, “chasquidos” o “raspones”. Es un material de una duración muy breve (aprox. 200-300 milisegundos), constituido por una onda simple que efectúa un vertiginoso barrido frecuencial (se mueve en un ámbito entre 5000 y 18000 Hz.) con una doble o triple trayectoria en cada una de sus apariciones. Su presentación se produce siempre coincidiendo con la del “instrumento de viento”.
Estructura
Además de la idea de contraste entre los materiales, ya expuesta, en la obra de Redolfi se puede observar un transcurso sonoro dominado por una cierta periodicidad en la aparición de los eventos que lo componen. Este carácter repetitivo lo indica la mayor parte de los oyentes y se encuentra disperso entre sus manifestaciones; alguno llega a hablar de ostinato.
En el siguiente gráfico se puede observar la aparición en el tiempo de los elementos señalados. Como se ve, existe una regularidad que se manifiesta, sobre todo, en el material grave y el “instrumento de viento”, cuyas apariciones –como ya señalamos– están acompañadas del “chispazo”. También se puede advertir en el gráfico el “episodio de densificación”, que se inicia a partir de 0:35, y la “modulación del “instrumento de viento”, de 0:31 a 0:40.
También ha merecido algún comentario la complementariedad espectral de los sonidos respecto a su posición e interrelación en el campo de las alturas así como la ubicación y el movimiento de los materiales en el espacio.
5.4. Escucha figurativizadora
La audición de Le cauchemar de l’éléphant blanc no ha provocado en los oyentes una conducta de escucha figurativizadora bien definida y que podamos calificar como tal.
5.5. Escucha empática
5.5.1. Selección de datos recogidos
Recordamos que, en cada una de las manifestaciones se indica, en primer lugar, el nombre en clave del informante (alfa, beta o gamma, seguido de un número del uno al ocho); en segundo lugar se especifica si la información ha sido recogida mediante entrevista (E) o mediante informe escrito (IE); y en tercer lugar se concreta si el comentario es posterior a la 1ª, 2ª o 3ª audición.
Beta1/E/1ª
Bueno, al principio es que pensaba que estaba sonando el teléfono...
De hecho, me lo has dicho.
Te lo he dicho, sí. Hasta la séptima vez todavía seguía pensando que era el teléfono...
La sensación general es como... que quiero apagar todos los ruidos esos que hay por ahí. Hay una parte como bastante atrayente, casi sensual, que es el motivo este que se repite. Es como muy evocador, algo así como oriental... [entona el motivo melódico tonal]. Es como la parte que me resultaba más atractiva; todo lo demás perturbaba eso y creaba la sensación de sorpresa todo el tiempo –porque además pensaba que era el teléfono...–.
Era eso. Como si quisiera escuchar esa música más placentera; me daban ganas de ir por ahí y “desconectar... [lo que molestaba]”. Como cuando te suena el móvil en medio de un concierto... Y de hecho me ha resultado gracioso porque al final termina como cuando paras el despertador porque estás histérico y te despiertas del sueño. Igual es eso. Como cuando te vas a despertar por la mañana, estás soñando con algo muy bonito y está sonando el despertador de fondo; cada cierto tiempo vuelve a sonar y cada vez te pones más nervioso. Al final lo terminas apagando y lo malo es que lo apagas pero el sueño también se termina.
Gamma3/E/3ª
Percibo eso, un momento de armonía o de intentar estar en una dinámica agradable. Si se plantease desde un punto de vista introspectivo sería estar contigo mismo bien y [sufrir] interrupciones constantes del exterior que te impiden que sea un momento para disfrutar intensamente [...]
La sensación que tengo es de que ese sonido me lleva a sentirme yo en un paisaje, en una situación, y lo otro viene de fuera y te está molestando constantemente. Como si de pronto ese sonido me atrapa o me hace estar pendiente de él y lo otro me está molestando en esa situación, me está interrumpiendo. Como yo intento centrarme en ese sonido que me agrada y disfrutar con él, lo otro viene a molestar y parece que viene más externo... aunque físicamente estén en la misma dimensión.
Beta6/E/2ª
He oído otra vez un poco lo mismo, la calma tensa esta... Me reafirmo en que lo que más me sigue gustando es la música esa de [tararea el motivo tonal] y luego los bajos es como que te aturden; entre los bajos, los sonidos que parecen como de teléfono, los [imita los barridos de frecuencia]... Es como si estuvieras tranquilamente en tu casa y te estuvieran diciendo mil quinientas cosas a la vez e intentaras no prestar atención pero no pudieras...
¿Te imaginas como en un sitio en donde tratas de atender a algo y no lo puedes hacer porque hay otras cosas que te interfieren?
No, más que nada es como que quiero estar tranquila, que sería la música tonal, eso sería la tranquilidad entre comillas...; sería como una calma, estoy haciendo lo que tengo que hacer... Pero luego van pasando cosas ahí, que no puedes prestarles atención porque no son suficientemente largas ni suficientemente nada como para que capten tu atención durante más de un segundo pero, como son demasiadas, nunca sabes dónde mirar ni por dónde va a pasar la siguiente.
¿Con lo cual habría como dos mundos sonoros?
Tres, porque está éste [el motivo tonal, la calma]; luego el de los bajos, que es como el de tu subconsciente que te pone nervioso y el de los ruiditos agudos, que son como flashes de atención.
¿Y el grave este, qué papel dices que juega?
¡Que verguenza...! El grave es como que tu cuerpo te dice: “Te estás poniendo nervioso, te estás poniendo nervioso, por favor que se callen esos ruidos ya, déjame oír mi música” [...]
Gamma7/E/1ª y 2ª
[1ª] Ahora he sentido –no sé si he escuchado- extrañeza y perplejidad. Y quizá es una sensación de desconcierto real. Es decir, no sabía, no sé, ni qué era ni qué soy...
[2ª] Ahora podría precisar más: me parece inquietante. Además de perplejo, inquietante. Y quizá si tuviera que definirlo más vería mucha soledad en esta audición. E incluso he sentido tristeza, he sentido como un grito, como una agonía, pero no un grito humano. Precisamente porque no era un grito me asustaba más. He sentido una sensación realmente apabullante. Era como si nada existiera; [de] lo que había, [yo] no quería ni saber lo que había. En ese momento es como si estuvieses en un coma y te despertases y no quisieses saber lo que hay. Pues en este caso lo que he sentido es una sensación de desasosiego tremenda. Eso sería lo fundamental [...]
Yo sólo siento eso. La sensación más cercana es la de una persona que está en coma, la despiertan y no quiere despertarse [...].
En este caso, una música así sería como la nada. Es decir, un sitio en el que yo no querría despertarme. No, no me querría despertar a ese mundo; no sé lo que hay, no sé porqué pero no querría estar allí [...]
Gamma1/E/1ª y 2ª
[1ª] He sentido una música que me era pesada, notaba como un peso encima, como si me arrastrase por el suelo, como si estuviese cansado, como si fuese arrastrando los pies. Me recordaba el horario laboral. Me notaba como aletargado, como pesado, sin fuerzas, como con una losa encima, arrastrándome poco a poco...
[2ª] Quizá como el primer fragmento te lo puedo resumir con una palabra, por ser un poco concreto; la titularía “pesadilla”. O sea, un sueño, una pesadilla. Vuelvo a insistir en la idea que te comentaba al principio. Como esa especie de insomnio que puedes tener una noche, te sientes cansado. Empieza el mundo laboral, como te decía antes. Los primeros sonidos de despertar a la realidad serían los sonidos de despertador –voy a llamarle despertador-, que se han repetido con cierta frecuencia [...]
¡Riiinnng, venga despierta...! Volvías a caer otra vez en la música aplastante, esa losa, esa pesadez. Otro ring de intentar otra vez arrancar, otra vez a despertar... [...]
¿Tú todo eso lo estás sintiendo, lo estás viendo?
Sí, sí, estoy inmerso. Ahora mismo lo estoy creando, lo estoy viendo, me siento... Me levantaría como cansado después de oír esto, mi estado de ánimo sería como si hubiese estado realizando un trabajo duro, ya no intelectual, sino un trabajo físico duro, como estar trabajando en una fábrica entre ruidos de máquinas [...]
5.5.2. Síntesis analítica empática
Los testimonios recogidos confirman cómo la escucha empática es una manera de situarse y acoger el hecho sonoro que comporta una participación a nivel de lo sentido en el devenir del propio sonido.
Si recordamos, en la escucha taxonómica, los oyentes establecían una división entre los materiales escuchados. Distinguían, por una parte, el “instrumento de viento” y, por otra, los sonidos electrónicos, y describían sus cualidades y sus relaciones, integrando todo ello en una suerte de estructura o visión global.
En la conducta empática también se alude a estos grupos de sonidos pero, esencialmente, a su repercusión en el terreno sensitivo. Si en la escucha taxonómica predominaba la idea de contraste entre los materiales, aquí este concepto se traduce mayoritariamente en sensaciones que se entremezclan, en una lucha entre una vivencia agradable y algo que molesta, en un estado de tranquilidad que es interrumpido y, en medio, el sujeto, viviendo en primera persona esta tensión y esta inestabilidad.
Temporalmente, la periodicidad o regularidad del discurso sonoro no es advertida explícitamente aunque sí se manifiesta en la reiteración de las impresiones o emociones a que da lugar.
Teniendo en cuenta los datos recogidos, no todos los materiales sonoros tienen la misma repercusión emocional en los oyentes y ello nos obliga a hablar de varias visiones o vivencias empáticas de una misma obra.
De las diferentes visiones o vivencias empáticas expuestas se deriva también una distinta construcción del espacio en donde interactúan los distintos materiales.
Para unos las fuerzas que se contraponen están en una relación vertical: hay sonidos que están arriba (los sonidos eléctricos) y pugnan con sonidos que están abajo (el “instrumento de viento”, el “grave”); es verticalmente como se produce su articulación, aunque adquieran funciones distintas. Probablemente, entre otros factores, esta disposición alimente la sensación de opresión y de peso que se describe en sus testimonios. Para otros, los elementos se relacionan de manera más horizontal: un material sonoro situado a la dcha. (el “instrumento de viento”) se ve constantemente interrumpido por los sonidos que provienen de la izda.
Queremos subrayar que en todas las informaciones recogidas se encuentra presente la metáfora como recurso explicativo, como vehículo expresivo para acercar -en lo posible- lo sentido a la palabra. En definitiva y a pesar de su inestabilidad, la metáfora permite exteriorizar algo que de otra forma sería incomunicable.
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